Yo te pregunto, tristeza, por qué siempre me dueles en el mismo rincón, cómo le has cogí'o las vueltas a la cerradura de mi corazón. Vete, no puedo dejarte rodando más tiempo por dentro de mí, una vez más voy a morirme y, como el águila, sobrevivir. Tuya, soy tuya como nunca de nadie, de nadie. Tuya, soy tuya como nunca de nadie, de nadie, gravosa adoración. Ya no hay luna en las noches: se la llevó mi amor. Dicen que todo se acaba y que mañana será otro día. Todos los días son iguales, mira, si tú no estás a la verita mía. No me llames, no me pienses, ¡que me dejes! Yo solo quiero olvidar, solita, como un solo beso, como una roca en el mar.