No me salgas con cuentos, le dijo Cenicienta a su madre. Madrastra Esta noche me largo yo al baile Aunque pierda la honra esta casa Pos nomás pa dos cosas me gustas Sentenció la matrona inclemente Pa barrer, en primera, y segunda ¡Te condenes por desobediente! Y se fue la infeliz cuyo apodo Se lo debe a su cuate el ratón Como no tuvo hada madrina de aventón le cayó al reventón Contoneándose al son de la cumbia Iba allá iba acá su cadera Asomando entre aquellos harapos Desde el muslo sus cálidas piernas Y llegó aquel cuerazo de vieja Como todos fingían no verla Que le llega el colado albañil A las doce me voy, caballero Advirtió la coqueta al galán Ya le va pero muévele al bote Dijo el compa chupando al compás Mamacita ayayay que me gustas Murmuró aquel gañán muy galante Y la voz del refrán agregó Pal metate y también pal petate Desde el alto reloj de la iglesia De repente las doce sonaron Expulsando a la innoble pareja Hasta un hotelucho de paso Y ahí tienen que en la madrugada Las patrullas aullaban hirientes Por portales y todo tepito Donde el cuerpo es carnal del deleite Que va entrando la ley al hotel Inspección de rigor, aclararon Tras de dar con el par de volada Por violar la moral los casaron En decente retrato de bodas Que aparece colgado en la sala Los rodean madrinas y tiras (Cortesía gentil del alarma) Con su escoba y un solo zapato Ella reina entre escuincles y muebles Eso pasa, según las vecinas A las hijas, por desobedientes