ESKAINTZA Si vienes a mi casa siempre tendrás un cenicero vacío, limpio para ti. Si vienes a mi casa siempre tendrás una habitación que recoja un poco de silencio. Apartada para ti siempre habrá una botella de vino bueno silencioso en el rincón. Te recibiré bien contento sin el asalto de preguntas estériles que te invadan.