AHOPEAN Si resulta que es cierto y te ha mirado y te ha hecho hacia el catre un claro gesto, no te pongas cardíaco y date preso. Tranquilo, y déjate hacer. Ve y visita con sosiego sus más cálidos jardines y agradece en cuanto vale el regalo fugaz de su hermosura. Y una vez entre las sábanas que no se te ocurra portarte como un hombre.