(A Milena) Lámpara melodiosa, la que me alumbra en el juego inocente de la penumbra. Enigmas incesantes que me provocan descubrirlos y amarlos como una loca. De puro mirarnos el Dios venturoso sabe que no somos libres ni dichosos. Imposibles anhelos que se cumplieron, no cayeron del cielo ni me los dieron. Coronar las palabras que permanecen en el reino adecuado nunca envejecen. Invasión de cariños lo que hace falta, de todos los tamaños, todas las marcas. Diferentes maneras de amar las cosas: el cántaro, la muerte, la mariposa.