Más allá de la estrella perdida, más allá de la nube viajera donde duermen las sombras queridas tu vida y mi vida se habrán de encontrar. Más allá de ese día lejano que se fue con tu adiós y mi adiós, volverán a llamarme tus manos rompiendo ese vano silencio de amor. Tu color... tu pálido color. Tu mirar... tu lúcido mirar. Tu reír... tu límpido reír, de mi afán jamás se alejarán. Porque sé que un día sin pensar con la fe del tiempo más feliz, tu cantar, tu cálido cantar, de nuevo me dirá que sí... que sí. Más allá de la noche más negra, más allá de la paz del ocaso, olvidando el rencor del fracaso presiento tu paso y escucho tu voz. Y esperando esas horas queridas que reanuden el dulce cantar más allá de la estrella perdida yo sé que mi vida te habrá de encontrar.