Tu me debes la luz y un pocillo de miel. Yo te debo salud y gracias por volver. Ya vencí mi complejo de Edipo y pagué el pecado original sin poder abrevar en tus labios rituales. Tu me debes un swing, y el toque de un tambor. Yo te debo la vid y un cóctel molotov. Y entre tantas y tantas y tantas facturas se pierde el amor sin poder liquidar tu hipoteca y mi deuda. De noche tras la gacela, por el día con la resaca, de tanta causa y efecto, tanto olaje y tanta resaca, toda mi vida es un tira y daca.