Han pasado los años y al correr del tiempo, de lo que soñamos no nos ha quedao nomás que miseria, nomás que cansancio, y el ejemplo inútil de haber fracasao. Sembrando protestas, juntando rencores, la fuimos pasando hasta que al final, las dos esterlinas de los años mozos han sido "dos guitas" en la realidad. Dos guitas, humildes dos guitas bañados en oro; que al perder el baño, ya perdido el brillo perdimos valor. Dos guitas, humildes dos guitas, eso es lo que somos; pero en la ceguera de las ambiciones nos perdió el fulgor. Han pasao los años y al correr del tiempo, con la mano puesta sobre el corazón, te juro que siento vergüenza del día que valiendo un guita me creías el sol. ¡Qué mentira grande fueron nuestras vidas! ¡Qué rencor extraño que nos ha quedao! Y bueno, paciencia, que quién más quién menos de la misma suerte se habrán lamentao.