Escuche aparcero: Jué en un mes de julio; azotaba el viento por los pajonales, y en la noche fría se quejaba juerte al chocar furioso con los viejos sauces. Ya, cuasi dormido sobre el catre e tientos, un silbido largo vino a despertarme; me hice el que roncaba, mientras mi chiruza conoció las señas del gaucho traidor. Se ganó la puerta del ranchito, a tientas; despegó la tranca sin temor a nadie, y al salir pa'juera la zorrita maula se perdió en las sombras de los pajonales. Me largué del catre, pero no hice a tiempo, iban ya al galope, bajo los sauzales, y ahí, nomás en pelo, sobre mi Azulejo, de una taloneada los crucé a los dos. "-¿Dónde va el tropero? Párese... -le dije-, No se arrea ansina por estos lugares... Largue esa potranca pa' contramarcarla, que los de mi tropa, valen o no valen..." Dispués, aparcero, jué breve la lucha; un barbijo a ella le di por cobarde, y el hombre vencido, cargando su presa, con un gesto fiero, marcao se juyó.