En la iglesia a la mañana, yo te encuentro, estás allí. En la iglesia, cuando te amo, yo te encuentro siempre allí. Voy de paso o por costumbre, y te encuentro, Tú me esperas siempre allí. Y Tú siempre me repites en silencio una palabra Eterno Amor. Es inconcebible, el silencio donde hablas Tú. En el silencio se oye palpitar todo tu amor. Allí está la espera y la vida. Allí nuestro corazón reposa, para retomar nuestro camino. (bis)