Es tan fácil Dejar que la cosas caigan solamente Entregarlas a su peso y simplemente Observarla mientras de repente Atraídas por el suelo Liberadas a su suerte Que revienten En tus dientes Se adivinan los placeres de la carne Arrancada de los huesos con un beso Y en tus ojos la tormenta que vendrá Desde el fondo de los tiempos Asfixiando la ciudad Y que revienten