Se han sentado las carretas... y en la noche tibia y clara la luna vuelca su cara y recorta sus siluetas. Duermen todos y en la quieta hora del sueño pesado, de un carretero inspirado se oye este canto tristón... Pa' qué sufrir, pa' que llorar, chinita mala quién iguala tu mentir. Pa' qué sufrir, mejor tirar a los caranchos mi vichoco corazón. Y en la noche las estrellas en su pestañear plateado lloraban al desdichado también sus gauchas querellas.