El cielo es un poncho llenito de estrellas, la noche es la pena que envuelve mi alma, mi caballo, el sueño que busca la huella de aquella criollita que robó mi calma. Recorre mi fiebre distintos caminos e inútil la busca por los cuatro vientos, mi dulce esperanza la rompió el destino enredando el lazo de mis sentimientos. Como buey que tira picaneado y triste va rumiando el peso de su vida esclava, mientras la coyunda le clava en el yugo y el cansancio bruto se muestra en sus babas... Así voy rumiando, mientras corto campo, las ansias mas locas de encontrarla un día, para ver de nuevo en su cara linda esa risa buena que tanto quería... Si es triste en la noche sentir la lechuza que grazna su augurio de muerte y de ruina, más triste, ¡canejo!, es cuando la "chuza" del dolor al gaucho le clava su espina... Y así por la huella cubierta de abrojos yo voy paso a paso ahogando un suspiro y llevo esta pena que me duele tanto doblada en la frente y atada en el cuello.