Hojarasca del placer que en un tanguear tus besos repartís. Que temprano te iniciás y ya tenés antojos de llorar... En la ronda lamentable tus encantos vas dejando y en el mal vas enredando tu loca juventud manchada de festín... La Flor del Mal vive en tu ser quién te ha de ver en tu final cuando ensayés la mueca de tu gran dolor. En tus mejillas ya verás como los años dejarán un desengaño con marcas de vejez. Y entonces vos que fuiste Reina del Amor, vos que tuviste un montón de corazones para amar. Sola en la vida, sin un cacho de cariño tus retazos de mujer de frío temblarán... La cabeza levantá y abandoná el triste jarandón, y pensá que en tu "reloj" puede sonar la hora del perdón. Y de aquella Flor de Arroyo surgirá una nueva vida y en tu senda entristecida la luz de un Buen Amor por siempre ha de brillar...