Quince años que he dejado mi barrio abandonado, corriendo por las calles de un mundo de quimeras. Quince años que se han ido, mas yo no me he olvidado de vos, barrio testigo, de aquellas primaveras. Cruzando por tus calles camino emocionado, ya no te queda nada del viejo malecón. Tan sólo como velorio de todo tu pasado, ahí queda haciendo guardia tu antiguo bodegón. Ya no está la que ayer esperaba mi pasada. Su balcón se cerró y está triste la barriada. Y ese amor jamás podré olvidar, muchachos, apesar del tiempo que pasó. Hoy no está, mas vuelvo a su balcón y a quién has de evocar mi corazón. Quisiera ser muchacho volver a lo que era, tener la misma pinta de cuando dije adiós. Me siento triste y viejo y pienso, si pudiera, romperle las agujas, la vida es un reloj.