Y bajados los cielos Llenos de esperanzas y seños Inocentes de su existencia Ahogados en la violencia La soledad y el abandono Quita el brillo de sus ojos Lentamente pierden su gracia Convirtiéndose en desgracia Son victimas del desprecio En un mundo frió y ciego Inhalando su final Destino cerrado… Fatal… Se adueñan de las calles Días de hambre infernal Pero buscan el aroma Que el hambre les ha de quitar…