Ema Taverna

La Leyenda Del Rey Traidor

Ema Taverna


Se arrastraba el rey traidor
Pobre y sin su séquito
Solo en busca de admisión
Víctima en su suelo

Y así él se iba desesperando y sollozando
Y se iba lamentando
A cuántos había perdido
Y a cuántos había arruinado
Cuánto había arruinado

Se arrastraba el rey traidor
Hacia el campo oscuro
Y entreviendo a un buen pastor
Le pidió refugio

Y el pastor la senda le marcó
Y el monarca caminó hasta una cueva
Con espíritus, y compareció y ahí oyó

¿Dónde fue que usted nació?
¿A qué pueblo usted amó?
¿Por quién sintió devoción?

Para gobernar
Es preciso regalar amor y paz
Y dejar atrás, la ira individual, que es debilidad
Y es pecado de máxima pena

Sin salidas subsistió como un rehén
Ganando fe, pensando al amor que nunca fue
Entre el pueblo y él, que no quiso ver

Y ahora estaba enfrentando
A la muerte encerrado
Que no lo dejaba tranquilo
Que lo sometía a su juicio

Y ya sin ira a todas las preguntas él respondía, por él
Y por su dinastía
Sufriendo una dulce agonía
Y, muy de a poco
Obtenía el rey su defunción
Pobre y sin su séquito
Consiguiendo redención
Sin nación ni féretro

Murió ajusticiado y sin sucesión
Y poco fue el legado que de él quedó