El miedo de vivir es el señor y dueño de muchos miedos más, voraces y pequeños, en una angustia sorda que brota sin razón, y crece muchas veces ahogando el corazón. ¡El miedo de vivir es una valentía! Queriéndose asumir en cada nuevo día, es tuyo y es tan mío que sangra en el latir igual que un desafío el miedo de vivir. Los miedos que inventamos nos acercan a todos porque en el miedo estamos juntos, codo con codo... Por temor que nos roben el amor, la paciencia y ese pan que ganamos con sudor y a conciencia. La soledad es miedo que se teje callando, el silencio es el miedo que matamos hablando, ¡y es un miedo el coraje de ponerse a pensar, en el último viaje... sin gemir ni temblar!