La estación en soledad, el tren empieza a arrancar. 30 metros de corrido no me alcanzan para acortar. Un par de palabras de más; las vías corren sin parar. Allá afuera hace frío y el viento no para de soplar. Cuando tu mirada me hipnotiza y me fascina, Me devuelve la alegría de ser. Pero el viento dobla y me empaña el pensamiento, Y no puedo volverte a ver. Entre tanta ciudad perdida yo sigo buscando tu nombre y no lo encuentro. Voy marcando mi rumbo. Mientras tus ojos negros me miran, tu pelo morocho forma olas con el viento. Yo te sigo esperando. Y en la soledad del tiempo yo te sigo esperando, y me encanta perderme. Y en la soledad del tiempo… 24 horas de espera para descubrir la manera de volverte a ver. De volverte a ver.