Mira el calor, que en su letargo esquizofrénico aun te ve Pintando auroras en colillas con cenizas de las alas del ayer Embebido en lo que fue Quiero nadar, en tu ceño fruncido etéreo y peculiar Y en tu nariz de idílico arte Quiero surcar, el tenue rasguño en tu rostro que se va Como tu amor al olvidarme Y oigo tu voz, en las efímeras orquídeas del adiós Buscando hundirme nuevamente en los escuálidos quejidos que aguzó La piel de un sauce llorón Quiero admirar, el pliegue que halla tu mejilla al despertar Tus toscas manos rebosantes Quiero olvidar, que te marchaste y solo quedó naufragar Saber que no volveré a amarte Luna de hiel, flor de papel Te tragaste mis días en tu amanecer Y antes de contar diez, fui vertiendo en tus pies trementina de insomnios Siéntete bien, revolcando tu piel Entre los adoquines tizados que ven Que me quedo en tu ayer añorando el amarillo iris de tus ojos Giran, entre cerillos y eufemismos tus pupilas En nuestra cama donde te veía dormida Luz de recuerdos que avasallan las cortinas Cuelgan, tus mallas rotas donde encallaba en tus piernas La quemadura de tu cuello que me acecha Tu risa esplendida de azul y de papel que aun me consigue enloquecer Aunque solo sepa a ayer Ahora no estás y solo puedo acongojarme y recordar Tejer tu olor por todas partes Verte marchar, como una sombra que se posa en el umbral De algún ocaso itinerante Soy lo que fue y no volverá a ser pero aun beso tus labios rojo atardecer En la imagen que esculpo con viento y con sed en todos los rincones Palidecer vomitando las plumas plagadas de alientos que al reverdecer Me abandonan hirientes entre hojas de otoño, entre los nubarrones Luna de hiel