El doctor golpeaba con fuerza
Pero la píñata no se rompía
Al final cayó al suelo
Y fue a abrirla con alegría
Y adentro de aquella piñata
Estaba golpeado y molido
Amordazado y atado
Su huerco recién nacido
Cookie Consent
This website uses cookies or similar technologies, to enhance your browsing experience and provide personalized recommendations. By continuing to use our website, you agree to our Privacy Policy