un montoncito de brasas entibian mis esperanzas en el rigor del invierno van acortando distancias se deshilachan los días y van creciendo las hancias los años se van sin vueltas mi pobre vida de estancia y llegan como bandadas recuerdos de aquella infancia guiso carrero, asados retornan en la distancia en esa vieja matera fantasma y aparecidos rodeos, yerras, pialadas vivencias de sucedidos domingo boliche y caña guitarreada, alguna cuadrera olvidando los pesares con mi acordeon verdulera se han consumido las brasas cenizas las esperanzas y se ha pasado la vida mi pobre vide de estancia