Claudio Frollo

El pendantif

Claudio Frollo


Se exhibía en la vidriera un pendantif,
simulando una coqueta flor de lis.
Y mostrábase un anuncio engañador:
¡Aproveche este precio de ocasión!
Detuviste tu mirada de mujer
y un momento te inquietaste sin querer,
el asomo de un deseo en tu interior
como un rictus en los labios coincidió.

Contemplas insistente la hermosa flor de lis
y oprimes fuertemente tus dedos de marfil.
Consultas la cartera y es grande tu aflicción,
no alcanzan tus monedas el precio de ocasión.
Conozco tu tragedia, graciosa midinette,
tus aros y pulseras son mísero dublé.
Recuerdas una frase que puedes pronunciar
y el mundo será tuyo, mas nunca la dirás.

Pegadita a la vidriera de cristal
yo te observo, casi a punto de llorar,
las alhajas tienen alma y es así,
que yo supe que pensaba el pendantif.
Desde el fondo de su caja de cartón
se quejaba tiernamente, y con razón,
reclamando la blancura de tu piel,
la tibieza de tu escote para él

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