Siempre dejados para después Sus gritos no parecen tener voz Siempre engañados por cualquier Okupa de turno del poder Nunca escuchados sólo por ser Los últimos en la escala social Nunca mirados por saber La deuda que tiene por pagar Siempre olvidados y silenciados Siempre atropellados y callados Siempre fuimos las sobras de este plato Siempre esperando por vencer La hora prometida se hace desear Siempre abrazados al hacer Nunca tan amigos del hablar Nunca entendidos por creer En las ideas nuevas del amor Nunca preferidos por tener Ideales firmes por motor Hay fuego detrás de sus miradas Hay marcas de esfuerzo en sus manos Pero sus almas desahuciadas Hay miedo detrás de sus pestañas Hay cuero golpeado en sus espaldas Resentimientos y resignación