No tengo el berretín de ser un bardo, chamuyador letrao, ni de spamento. Yo escribo humildemente lo que siento y pa' escribir mejor, ¡lo hago en lunfardo!... Yo no le canto al perfumado nardo ni al constelao azul del firmamento. Yo busco en el suburbio sentimiento... ¡Pa' cantarle a una flor... le canto al cardo!... Y porque embroco la emoción que emana del suburbio tristón, de la bacana, del tango candombero y cadencioso, surge a torrentes mi mistonga musa: ¡es que yo tengo un alma rantifusa bajo esta pinta de bacán lustroso!