Sos el mismo que allá por mi barrio el botón dos por tres encaró, porque había dicho al comisario que piantarás de aquella sección. Sos el mismo del negro pañuelo, sos el mismo del saco cortón, el del lustre aceitoso del pelo, sos prepotente, haragán y matón. Hoy parás en el Dominguez, te vestís a la alta escuela, jugás fuerte a la quiniela y hasta San Carlos te vas. Si caés a una carpeta hacés temblar al banquero. ¡Parecés el Trust Joyero por las joyas que cargás! Cuando empiece a nevarte en el mate y la línea entrés a perder, si no has hecho como la hormiguita, ¡Malevito! Ahí te quiero ver, sin amor, sin afecto, sin nada que en el mundo te haga de puntal. Malevito tal vez sea esa la venganza del triste arrabal.