Me parece que te veo salir de la de tejidos, con esos ojos bandidos y ese incitante meneo, con esa cara que creo tuvo a más de uno chalado y ese vestido rayado que tus curvas ajustaba y que donde iba dejaba el tendal de encamotados. Cuántas veces de mañana te hice un sparo fulero por ver tu cuerpo taquero y tus ojos de sultana y aunque me tengo por rana, por corrido y de avería, la vez que pasaba de día sin poderte rejunar, qué triste me iba a atorrar a mi bulín, rica mía... Hoy te tengo en mi cotorro más mansa que gata fina, más contenta y más ladina que Pomerania cachorro, te olvidaste del atorro en el ruinoso convento y tenés departamento con muebles Luis quince y... medio a la fiaca llamás tedio y no decís "spamento". Porque un funghi te compré en una "Maison" francesa, un vestido color fresa y otro blanco de "soirée" creerás que soy un mishé y que voy muerto en el "giogo", y no manyás que a este dogo que estos aprontes te pega le vas a dar más menega que la que dio Botafogo.