Porque cuando pibe me acunaba en tangos la canción materna que llamaba al sueño, y escuché el rezongo de los bandoneones bajo el emparrado de mi patio pobre. Porque vi el desfile de las inclemencias con mis pobres ojos de llorar abiertos, y en aquella pieza de mis buenos viejos tuvo la pobreza su mejor canción... Y yo me hice en tangos, me fui modelando en odio, en tristeza, en las amarguras que da la pobreza, en llantos de madres, en las rebeldías del que es fuerte y tiene que cruzar los brazos cuando el hambre viene... Y yo me hice en tangos, porque es bravo, fuerte, tiene algo de vida, tiene algo de muerte... Porque quise mucho, porque me engañaron, y pasé la vida barajando sueños... Porque soy un árbol que vivió sin flores, porque soy un perro que no tiene dueño... Porque tengo odios que nunca los digo, porque cuando quiero me desangro en besos... Porque quise mucho y no me han querido... ¡Por eso yo canto tan triste, por eso!