Perdóname si alguna vez, goteando lodo, te amé, te amé y me arrastré de cualquier modo. Perdóname si por quererte fui capaz de odiar, si fui capaz de renegar mi fe, si fui capaz de todo, todo. Llega la noche amiga mojando con su lluvia mi fatiga. Juega sobre el cordón el rosetón de luz de algún cartel. Volver, volverte a hallar al paso de otro ser, vestida de oro y raso. Pensar, pensar que ayer yo preferí matar que verte en otros brazos. Vamos, total qué importa, la muerte corta el hilo de cristal. Perdóname si soy tenaz al no olvidarte, si soy capaz de hallarte al paso y contemplarte. Perdóname, si donde estás te llega más mi voz si comprendés que entre los dos es Dios el que no quiere perdonarte.