He vivido intensamente y estoy en la pendiente donde los sueños se van. He aprendido que la suerte no es del fuerte y que cualquier esperanza el tiempo siempre la amansa, o si no la echa a rodar. Hoy conozco todo eso... todo eso y mucho más. Voy llevando en cada herida una ilusión ya vencida que martilla sin piedad. Se fueron las alegrías y las tristezas, tan mías, no importan a nadie más. Voy queriendo y voy sufriendo y en carne propia sintiendo lo triste que es ir viviendo, viviendo a suerte y verdad. Yo que vi amainar a muchos hombres grandes, hombres duchos, hombres que eran de verdad; hoy conozco la condena de una pena y el temple que se precisa para ahogar con una risa lo que dirán los demás. Hoy conozco todo eso, todo eso y mucho más.