Llegó a buena hora la milonga que faltaba. Que salgan a la pista los más tigres que quedaron y que bailen como antaño se bailaba, con cortes y requiebros bajo el techo de la parra la milonga tan porteña que faltaba. Prendete Catalina, vos que sos mi peor es nada, y enseñale a las pitucas de Florida a bailar esta milonga con el ritmo más porteño sin sacarle ni un detalle de su vida. Chinas que amanecieron bajo los rayos del sol. Milonga guapa, la que faltaba si era una papa cuando tallaba viejos conventillos que temblaron de pavura por los taitas de taquito militar. Lloran las nostalgias del pasado tan hermoso cuando escuchan los lamentos de un cantar. Llegó a buena hora la milonga que faltaba. Las chinas comadronas que vistieron de percales y porteños de corbata voladora. Hoy lloran la tragedia del destino milonguero porque ya no hay más milonga a toda hora. Prendete Catalina, vos que sos mi pero es nada, y enseñale a las pitucas de Florida a bailar esta milonga con el ritmo más porteño sin sacarle ni un detalle de su vida. Chinas que amanecieron bajo los rayos del sol.