Yo quisiera un tango hecho de ternura Que unos ojos negros me hiciera olvidar Ojos que me siguen siempre por la vida Y no me abandonan ni para soñar Con sus labios rojos y ojeras violetas Mi existencia fácil ella envenenó Dejando a mi madre y a mi noviecita Comencé el camino gris de mi dolor Yo he gustado el vino que adormece el alma Yo también fui compadrón Mi vida no tuvo ni un rayo De calma que alumbrase El cielo de mi corazón Hoy muero a la sombra de lo que ayer fuera Triste vivo de ilusión Tan solo ella puso sobre mis quimeras El triste gemido que da el bandoneón Pero en esta vida la dicha termina Y mis penas pronto se disiparán Si la rosa muere se quiebra la espina Mis buenos amigos ya me olvidarán Tan solo imborrable quedará el recuerdo Ceñido al pasado de un modo tenaz De aquella que un día vertió su veneno En la fuente pura de mi ingenuidad