Era un viejo zapatero que vivía en un portal Y era una rubia vecinita, muy bonita Y muy coqueta, que pasaba sin mirar La rubia, por las mañanas, iba camino a su taller y Frente al cuchitril del viejo remendón Era como un prime rayo de sol El pobre viejo, tras de la vidriera Viviendo alguna lejana ilusión Soñaba, al verla pasar por la acera Quién sabe qué loca quimera de amor La rubia, un día, se entró a la buhardilla Y el pobrecito tembló de emoción Cuando a pretexto de atarle una hebilla La pierna torneada su mano palpó Y con sorpresa, ese día, frente a su chiribitil La gente, llena de emoción, se detenía Para escuchar la melodía de un violín Era que aquel zapatero, con religiosa devoción Su triste soledad lloraba al tierno sonde familiar canción sentimental Desde esa tarde, su canto parece Con su incansable motivo chillón La monocorde sonata de un grillo En el pentagrama de aquel callejón Y, según dice, pensando en la rubia El pobre viejo, detrás del portal Como una pierna, temblando, acaricia La caja del tosco violín fraternal