Él sabe que tiene para rato largo La sentencia en fija lo va a hacer sonar Así, entre cabrero, sumiso y amargo La luz de la aurora lo va a visitar Quisiera que alguno pudiera escucharlo En esa elocuencia que las penas dan Y ver si es humano querer condenarlo Por haber robado un cacho de pan Sus hijos no lloran por llorar Ni piden masitas ¡Ni chiches, ni dulces, señor! Sus hijos se mueren de frío Y lloran hambrientos de pan La abuela se queja de dolor Doliente reproche que ofende a su hombría También su mujer, escuálida y flaca, en una mirada Toda la tragedia le ha dado a entender ¿Trabajar? ¿Adónde? Extender la mano Pidiendo al que pasa, limosna, ¿por qué? Recibir la afrenta de un: Perdone hermano El que es fuerte y tiene valor y altivez Se durmieron todos, cacho la barreta Si Jesús no ayuda que ayude satán Un vidrio, unos gritos, carreras, auxilio Un hombre que llora y un cacho de pan