No es que este arrepentido de haberte querido tanto, lo que me apena es tu olvido y tu traición me sume en amargo llanto; si vieras, estoy tan triste que canto por no llorar; si para tu bien te fuiste, para tu bien yo te debo perdonar! Aquella tarde que yo te vi tu estampa me gusto, pebeta de arrabal, y sin saber por que te segui y el corazón te di y fue tan solo por mi mal. Mira si fue sincero mi querer que nunca imagine la hiel de tu traición. Que solo y triste me quede sin amor y sin fe y derrotado el corazón. Despues de libar traidora en el rosal de mi amor te marchas engañadora para buscar el encanto de otra flor; y buscando la más pura, la más linda de color, la ciegas con tu hermosura para después engañarla con tu amor. Ten cuidado, mariposa, de los sentidos amores, no te cieguen los fulgores de alguna falsa pasion, porque entonces pagaras toda tu maldad, toda tu traición.