Es la pebeta mas rechiflada que en el suburbio pasó la vida; Es la percanta que fue querida de aquel malevo que la amuró. Es el orgullo del barrio entero, tengo una fe que es su ilusión, pues es criolla, es milonguera, quiero a su hombre en el corazón. En un bulín mistongo del arrabal porteño, lo conocio en un sueño, le dio su corazón. Supo que era malevo, lo quiso con locura, sufrio por su ventura con santa devoción. Ahora, aunque la faje, purrete arrabalero, ya sabe que lo quiero con toda su ilusión, y que ella es toda suya, que suyo es su cariño, que de ellos era el niño obra del metejón. Por ser derecho es su hombresito arrabalero de Puente Alsina; se juega entero por esa mina porque la sabe de corazón. Pero si un día llega a engañarla como hacen otros con sus mujeres, esta minucha que ríe y canta llorara siempre por su traición.