"yo estaba tranquila sentada en mi mesa, Hace unos instantes en ese café, Y un hombre de pronto allí se me acerca, Afuera me llama y salgo tras él... Sin mediar palabra, sacando un revólver, Un tiro en el brazo cobarde me dio, Y ese caballero vio huir al canalla Y en ayuda mía, valiente acudió..." ¡mientes!, yo soy quien la ha herido. ¡mientes!, no quieras salvarme, Solo el culpable yo he sido Y voy a entregarme, señor oficial. ¡llora! no borra tu nombre Ni tu mentira indulgente Todo el dolor y el quebranto Que a un hombre decente Le has hecho pasar. Pero el precio de tu hazaña Lo pagarás algún día.