Quien sos, que no puedo salvarme muñeca maldita, castigo de Dios... Ventarrón que desgaja en su furia un ayer de ternuras, de hogar y de fe... Por vos se ha cambiado mi vida -sagrada y sencilla como una oración- en un bárbaro horror de problemas que atora mis venas y enturbia mi honor. No puedo ser más vil ni puedo ser mejor, vencido por tu hechizo que trastorna mi deber... Por vos a mi mujer la vida he destrozao y es pan de mis dos hijos todo el lujo que te he dao. No pudo reaccionar ni puedo comprender, perdido en la tormenta de tu voz que me embrujó... La seda de tu piel que me estremece y al latir florece, con mi perdición... Resuelto a borrar con un tiro su sombra maldita que ya es obsesión, he buscao en mi noche un lugar pa morir, pero el arma se afloja en traición... No sé si merezco este oprobio feroz, pero en cambio he legado a saber que es mentira que yo no me mato pensando en mis hijos...no, lo hago por vos...