Para mis manos tumbagas, pa mis caprichos monea y pa mi cuerpo lusirlo mantones bordaos, vestíos de sea. La luna que yo pía la luna que me dan. Que pa eso mi payo abiya más parnos que tiene un surtán. ¡Envidio tu suerte! - me disen algunas al verme lusí -, y no saben, probes, la envidia que ellas me causan a mí. ¡María de la O! Que desgrasiaíta, gitana tu eres teniéndolo tó. Te quieres reí, y hasta los ojitos los tienes moraos de tanto sufrí. Mardito parné que por su curpita dejaste al gitano que fue tu queré. Castigo de Dió Castigo de Dió es la crusesita que llevas a cuesta María de la O Para su sé fui el agua para su frío candela y pa sus besos amantes dejé entre sus brasos, mis carnes morenas. Quere como aquel nuestro no hay en el mundo dos; ¡mardito dinero que así de su vera a mí me apartó! ¡Serás más que reina! - me dijo a mí er payo y yo lo creí; mi vía y mi oro daría yo ahora por ser lo que fui.