Carlos Cano

María de La O

Carlos Cano


Para mis manos tumbagas,
pa mis caprichos monea
y pa mi cuerpo lusirlo
mantones bordaos, vestíos de sea.
La luna que yo pía
la luna que me dan.
Que pa eso mi payo abiya más parnos
que tiene un surtán.
¡Envidio tu suerte!
- me disen algunas al verme lusí -,
y no saben, probes,
la envidia que ellas me causan a mí.
¡María de la O!
Que desgrasiaíta, gitana tu eres
teniéndolo tó.
Te quieres reí,
y hasta los ojitos los tienes moraos
de tanto sufrí.
Mardito parné
que por su curpita dejaste al gitano
que fue tu queré.
Castigo de Dió
Castigo de Dió
es la crusesita que llevas a cuesta
María de la O
Para su sé fui el agua
para su frío candela
y pa sus besos amantes
dejé entre sus brasos, mis carnes morenas.
Quere como aquel nuestro
no hay en el mundo dos;
¡mardito dinero que así de su vera
a mí me apartó!
¡Serás más que reina!
- me dijo a mí er payo y yo lo creí;
mi vía y mi oro
daría yo ahora por ser lo que fui.