La suerte esquiva me dejó de lado y acaso nunca me sobró un favor. Pero en mi andar, o bien o mal, sin doblegarme soporté el rigor. Después, la vida te cruzó a mi paso Y, desde entonces, en mi soledad se hizo el dolor de mi vivir, pesada carga que no aguanto más. Carga de cien recuerdos que torturan, pesada carga de amargura doblándome al andar. Carga que pesa más que carga alguna, más que el desdén de la fortuna, mas que el dolor de no avanzar. Carga la más pesada y más amarga porque la lleva el corazón, en su noche larga de desilusión. Tenía un sueño que cruzó conmigo por largos días sin amor ni pan. Sueño feliz, que en un querer traía alivio a mi dolor de andar... Me duele el sueño que perdí en tus manos y la sonrisa que olvide en tu adiós... Porque hoy vivir sin ellos dos es una carga con un peso atroz.