Otra vez, matamoros fue testigo, Y su suelo se volvió a manchar de sangre, Desarmado y a mal salva fue abatido, Un valiente por las manos de un cobarde Tal parece que el destino esta marcado, Para todos los valientes de “la piedra”, Hoy a pedro, el turno le ha tocado, Lo mataron sin que se defendiera Otra tumba para ese cementerio, Que es testigo de toda una leyenda, Una cruz con el nombre de pedro, Y otro corrido para el rancho de “la piedra” Que destino tan cruel y traicionero, Que ha podido deparar tanta desgracia, Ya la voz de este pobre cancionero, Esta cansada de cantar lo que les pasa Me despido ya del rancho de “la piedra” Sin tus hijos que te amaron vas quedando Pero tienes todavía quien te defienda Dos valientes como son luis y ricardo