Hoy que la luna trovera anda suelta, deprimida, y, errante, viaja sin rumbo, la calle se me hace calle, el árbol vuelve a ser árbol. Hoy que la luna trovera anda suelta, deprimida, la senda se me hace lenta y el sentido de las cosas pierde su color, se apaga. Hoy que la luna trovera, errante, viaja sin rumbo, la risa promete lluvia, los gastados adoquines evitan mi paso, huyen, quizás porque se den cuenta que hoy, un poco he envejecido. El abismo no emociona, la hiedra no disimula su lenta ascensión, las piedras, de tan grises abochornan; y en la puerta de la iglesia alguien dejó abandonada una violeta marchita. Hoy que la luna trovera anda suelta, deprimida, y errante viaja, sin rumbo, el duende me ha defraudado, mis lágrimas ya no existen y el eco no me responde; tan sólo una mariposa, una blanca mariposa me acompañó hasta la casa; mas no pude tan siquiera darle un beso, una esperanza. Cuando vine a darme cuenta ya volvía de regreso... Ésa, la luna trovera que anda suelta, deprimida, tal vez porque empieza marzo y los vientos de cuaresma presagian nuevas espinas; quizás porque hoy, un poco, hoy, un poco, he envejecido... Óyeme, luna trovera, que andas suelta, deprimida, quiero que cures tu herida, quiero que cantes, no llores.