Quien se ponga a observar En su lento caminar A un caracol, Podrá entonces descubrir Que una estela luminosa Va dejando tras su paso, Para luego regresar Por ese mismo lugar, Para luego regresar. El caracol no le teme A la región que atraviese, Ya que sabe que al final Una meta encontrará; Sólo le importa llegar, Sólo le importa llegar, Sólo le importa llegar. Y quien se atreva A interrumpir su paso, Nada de él conseguirá, Porque siempre el caracol En estos casos Se introduce en su coraza. Y cuando el intruso cesa, Vuelve a salir de su casa Para entonces continuar; Sólo le importa llegar. Quien se ponga a caminar A lo largo de un palmar, Podrá ver en una de ellas Que se mece un caracol Como el gran conquistador, Osado, en el penacho más alto, Glorioso, victorioso. Pero corta será su alegría, Pero inútil será su camino, Pero poco será su reinado, Porque el viento le amenaza. Y quien no sabe que al caer De su trono el caracol, Muere para abandonar su carroza Debajo de cualquier hoja Caída de cualquier árbol En un otoño cualquiera. Sólo le importó llegar Y no supo regresar. Sólo le importó llegar Al caracol.