Hay un brillo distinto en las flores que pueblan los campos de mi alrededor, un destello les brota de adentro y las hace abrirse a la noche de hoy. Y sospecho que alguien me quiere enviar un mensaje desde algún lugar. Qué será que me llama, que siento mi cuerpo en acecho de algo real, y la sangre me late deprisa y me canta la brisa y la espuma del mar. Algo inmenso, presiento, se acerca, mi pecho lo espera, no lo puede evitar. Campanas, tañidos de dulces campanas, hermosas, profanas campanas me invaden todo el corazón, y quiero más. Campanas, se adueñan del tiempo. Campanas, gloriosas campanas plateadas que anuncian, presagian un acorde mayor en la clave de sol. Campanas... Hoy un duende corrió las cortinas que guardan los sueños de mi habitación. Me pidió me asomara a la noche poblada de ruidos y extraño fulgor. Cuando quise acercarme a su sombra huyó por la grieta del viejo balcón. Qué me quieren decir estos dulces arpegios que escucho crecer más y más. Quién va a entrar de repente a mi casa, quién trama sentarse en mi butacón. Quién está anunciándose, quién canta tanto, quién quiere a mi vida llegar. Campanas, tañidos de dulces campanas, hermosas, profanas campanas me invaden todo el corazón, y quiero más. Campanas, se adueñan del tiempo. Campanas, gloriosas plateadas campanas. Un acorde mayor en la clave de sol. Campanas, campanas...