Amanecí tan feliz de saberte real Y que andabas buscándome igual, Me lo dijo mi buen talismán Que mi segundo deseo estaba allí, Esperándome en algún lugar De esta enorme ciudad. Y caminé, te busqué como fiero león Registrando bien cada rincón, Cada rastro de ti perseguí. No, no te hallaba por ningún lugar, Ya jadeante, con hambre, creí Encontrarte por fin. Pero no, Y mordí un pedazo de amor, No eras tú y continué Desesperadamente. No, no llegabas a mí y seguí Apagando mi vieja sed, Devorándolo todo. No, no llegabas a mí y seguí Apagando mi vieja sed, Devorándolo todo. Como a las diez de la noche Cansado de andar, Caminando sin rumbos y sin sed, Entre miles de rostros te vi. Sí, eras tal como te imaginé, Eras tú, te sentí, te encontré, Di contigo por fin. Pero yo, arrastrado seguí La corriente me haló, No podía detenerme. Ya, ya mis fuerzas flaqueaban, sí, Mi segundo deseo allí Se me había esfumado. Ya, ya mis fuerzas flaqueaban, sí, Mi segundo deseo allí Se me había esfumado.