Noche provinciana donde el cielo Es huerto de las mil estrellas Que son mil hermanas brillando Y danzando sobre los desiertos Pasa el viento norte por los poleares Y en la misteriosa maraña espinosa Todo los aromas transforma en cantares Y llegan los hombres, obreros, paisanos Hijos de las selvas y los arenales Limpios corazones y callosas manos Y aprenden la copla que dejara el viento Con melancolías de viejos amores Panal de dolores, miel de sufrimientos Y hacen esperanza de la antigua pena Y cantan la dulce y agreste vidala Con el mismo ritmo que late en la vena Trova campesina mística y pagana Que narra y evoca, que reza y provoca Rumor de guitarras y cajas indianas Y cuando de lejos se siente tu son Despierta el profundo misterio del mundo En las tolderías mi corazón