Las penas y las deudas le cuelgan de los ojos Mientras el tango muere bajo su voz nasal Camina por la fonda como inspector de tucos Y va de mesa en mesa, como el queso y la sal Románticos boleros naufragan en las sopas Y un ruido de cucharas ahogan el acordé final Y el mantel se hace pampa cuando pasa cantando Entre manchas de grasa y miguitas de pan Cuando la madrugada te llama tras los vidrios Con la viola y el diario te vas a la pensión Yo te imagino triste, como está la guitarra Cuando el cantor la aprieta contra su corazón Clientela de nocheros te escucha indiferente El industrial, el punga, el burrero, el artista Y el único que siempre te observa atentamente Pertenece a la fauna de los adicionistas Desahuciado trovero de la fonda porteña Si es que buscas la gloria, ya la encontraste tú En esa extraña gorda que llora mientras come Su plato de “osobuco” con todo el caracú