Atahualpa Yupanqui

La Mano de Mi Rumor

Atahualpa Yupanqui


No puede ser que me vaya del todo cuando 
[me muera, 
que no quede ni la espera detrás de la voz 
que calla. 

No puede ser que solo haya ciclos de sombra 
[y olvido 
en este amor desmedido que se me hiergue 
[en el pecho, 
si hasta en el trino deshecho se salva el duelo 
[del nido. 

Pongo mi infancia en canciones y siento que 
[se ilumina 
una siesta golondrina toda duraznos pintones. 
Celebro las estaciones, lloro su fugacidad. 
Y al anegar de piedad la mortaja de su, gloria, 
me crecen en la memoria remansos de eternidad. 

Cuando, no esté, cuando el leve sobresalto 
[que me ordena 
se trueque en tiempo de arena conmemorado, 
[en la nieve; 
cuando en mis venas abreve la liturgia de la flor, 

tal vez algún labrador cansado de madrugadas 
sienta en sus manos aradas la mano de mi 
[rumor.