A ti: Que eres ciudad del viento, Mi amante de los falsos mitos, La herrera de mi alma de sal. Que eres sirena en un desierto De carabelas torticeras Que se agarran a pleamar. Que eres abierto cielo blanco, Y la hermética noche oscura, Luz del norte, sombra del este. Que eres del oeste armadura Y anhelo de cuerpo celeste. Desnuda al sur del tiempo amargo, Violentas las plumas que llueves Al descenso en denso letargo Por la crin de la desventura. Al huerto del plácido sueño te requiero, Del crecer alegre y de las penas hendidas Do quedaron las yemas de mi ser prendidas Del tacto joven de tu piel y verdadero.