En mi cuidado jardín Esbelto, altivo y gallardo Floreció un silvestre cardo Con sus penachos de tul Y el rocío con su manto Que de perlas parecía Al amanecer cubría Las hebras del cardo azul Ya no muestras a la aurora El jopel de tu hermosura Ya no encanta la frescura De tus penachos de tul Y al mirarte marchitado Sin candor y sin esencia Ya no halagas mi existencia Pobrecito cardo azul